Pitágoras: "Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida."

Prof. Dra. Adela Beatriz Kohan

Psicogerontóloga, Psicogeriatra y Logoterapéuta

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Castelar, Prov. Buenos Aires
Argentina
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"Se debe fomentar el pensamiento positivo sin dejar que factores como la ansiedad, la depresión o el miedo irracional interfieran en el quehacer cotidiano de los adultos mayores, el envejecimiento no tiene por qué ser estresante"

“Las Personas Mayores son la memoria de un pueblo y maestros de la vida. Cuando una sociedad no cuida a sus ancianos niega sus propias raíces y simplemente sucumbe”

Escuela de Ciencias del Envejecimiento

Colaboraciones

Año nuevo en Bariloche

23.12.2013 01:41
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Síndrome de Diógenes

19.06.2014 11:35

Diógenes era un filósofo griego, contemporáneo de Aristóteles, al que se considera fundador de la corriente filosófica de los cínicos: En apariencia vivía desprendido de todo bien material, su norma era la “libertad absoluta”, practicando un estilo de vida muy austero. Aparentemente moraba en un tonel de vino. Vivía de lo que encontraba y vestía rotoso. Sus contemporáneos lo calificaban de engreído, y vanidoso, además de insolente. Podríamos considerar esto como “enfermedad” o como “forma de vida.

En las clasificaciones de enfermedades mentales catalogadas no lo vamos a encontrar como “Síndrome de Diógenes”, pero se lo puede asociar a trastornos mentales a saber:

  • Trastornos de personalidad
  • Depresión
  • Alcoholismo y otras drogodependencias
  • Trastornos obsesivos compulsivos, de hecho un 50% de quienes lo presentan padecen TOC
  • Psicosis
  • Demencias

Estas personas, presentan: tendencia al aislamiento, se recluyen en su casa, con poca o nula comunicación con el exterior, falta de cuidado personal ya que se presentan sucias, despeinadas, mal vestidas, con ropas muy sucias o rotas, uñas largas y sucias, cabellos descuidados y no se bañan ni asean.

Tienen una visión distorsionada de si mismas y del mundo

  • Se autoperciben como seres económicamente pobres y, sobre todo, dicen que se encuentran bien.
  • Piensan que hacen la vida correcta y no aceptan críticas.
  • Guardan, todo lo que encuentran. Hemos visto: papeles, diarios, botellas descartables, basura encontrada en las calles, latas vacías y también, animales.

Pueden llegar a tener en sus casas varias toneladas, de objetos a los que la mayoría de las personas no dan valor y, que además, no valen.

Aparentan deterioro de su escala de valores, y no desean deshacerse de esos objetos  que guardan y, a veces, los atesoran aunque sin saber lo que realmente tienen guardado.

Ellos, obviamente, no acuden a la consulta por esto y se suele observar y diagnosticar cuando sufren una enfermedad aguda que requiere atención médica, y el personal sanitario no puede ingresar a la vivienda debido a la cantidad de objetos “sin sentido que atesoran”,  o los denuncian sus vecinos por el mal olor que proviene de sus casas acompañada, generalmente, por la presencia de ratas e insectos.

Este cuadro lo sufren más los adultos mayores a quienes llamo “coleccionistas a los que todo le viene bien”, son ancianos que están solos, con familias ausentes o, que ellos mismos, han cortado el vínculo por su patología de base..

Se da tanto en mujeres  como en varones, la mitad de ellos son solteros y una gran parte, viudos.

Se presentan como personas desconfiadas, de mal humor, peleadoras, no establecen vínculos con las demás personas, sin embargo parecen amar a sus mascotas y a los objetos.

Tienen reacciones de tipo persecutorio, no toleran las críticas. Son muy temerosos.

Piensan que el que no está de acuerdo con ellos es un enemigo declarado.

Esto revela carencias y dificultad de adaptación. Su conexión con la realidad es escasa y, a veces, nula.

Cuando se sienten despreciados o perseguidos, suelen ser violentos.

Es gente con escaso control de sí misma ya que son muy frágiles y vulnerables y, la mayoría, han sufrido perdida de familia en edades tempranas o han sido muy pobres económicamente.

Quieren ser dueños de todo lo que se les cruza y, de esa manera, sentir que tienen valor frente a mundo.

He ingresado a casas de pacientes con este problema. Vi que no queda lugar que no esté ocupado de objetos; las telarañas están por todos lados. He visto insectos de todo tipo y he salido de esos domicilios con “picaduras de insectos”. El olor de esos lugares es nauseabundo .

No hay estrategias claras a seguir en este tipo de problemas

Habitualmente interviene la justicia y el abordaje debe ser interdisciplinario: médicos, asistentes sociales, abogados y otros.

No existen tratamientos delineados y tampoco se sabe que haya cura porque donde estén acumulan.

Si son llevados a hospitales, como lo he visto, y, además, se limpian sus casas, cuando se le da el alta, son reincidentes.

La propuesta es generar redes de orientación y contención social y psicológica sin embargo, a pesar de ello, los resultados siguen siendo desalentadores e insuficientes.

 

Prof. Dra. Adela Beatriz Kohan