Pitágoras: "Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida."

Prof. Dra. Adela Beatriz Kohan

Psicogerontóloga, Psicogeriatra y Logoterapéuta

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Castelar, Prov. Buenos Aires
Argentina
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"Se debe fomentar el pensamiento positivo sin dejar que factores como la ansiedad, la depresión o el miedo irracional interfieran en el quehacer cotidiano de los adultos mayores, el envejecimiento no tiene por qué ser estresante"

“Las Personas Mayores son la memoria de un pueblo y maestros de la vida. Cuando una sociedad no cuida a sus ancianos niega sus propias raíces y simplemente sucumbe”

Escuela de Ciencias del Envejecimiento

Colaboraciones

La vejez en las Américas

11.07.2014 23:42
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Más allá de la sexualidad

18.05.2014 15:15

La imagen del hombre que se puso en circulación a partir del psicoanálisis de Freud, propaló que eran los instintos los que indicaban al hombre lo que tenía que hacer en cada caso. Paradójicamente, este determinismo, negador de la libertad humana, hizo fortuna cultural, hasta el punto de que algunos sectores de nuestra sociedad le dieron cierto crédito. Pero la sexualidad no dice al hombre, lo que éste tiene que hacer —y mucho menos lo que tiene que querer— para ser feliz.

Freud, al sexualizar el concepto de neurosis —al vincular la etiología de la neurosis a la represión y/o insatisfacción sexual—, neurotizó el concepto antropológico que hasta entonces se tenía de la sexualidad humana. Hoy se descubre que el sexo así entendido no sólo no libera sino que neurotiza. De hecho, la gente que no sabe amar obtiene del sexo una satisfacción mucho más deficitaria que los que sí saben. Es como si únicamente humanizando la sexualidad, ésta alcanzase no sólo su mayor satisfacción sino también la plenitud humana que debe caracterizarla.

La promiscuidad, el abuso de la pornografía y la impotencia sexual son algunas de las consecuencias de esta degradación del consumismo erótico, en que ha devenido la sexualidad humana siguiendo el modelo antirrepresivo auspiciado por Freud. Contrariamente a lo que algunos piensan, Freud no sólo no fue el autor que liberó la sexualidad humana, sino el que más contribuyó a neurotizarla.