De esto ¡sí se habla! Maltrato a los ancianos dentro de sus familias

Prof.  Dra. Adela Beatriz Kohan

Debo aclarar ante todo que, en mi vida profesional, he visto muchos ancianos maltratados en sus domicilios, en geriátricos, en las calles, en los bancos, en oficinas públicas, en hospitales y todo lugar donde se atienda a viejos. (Debemos aclarar que en nuestra sociedad se ha instalado el maltrato, como algo natural y lógico).

Hoy nos referiremos al maltrato doméstico.

El maltrato requiere los siguientes actores para existir:

• El maltratado
• El entorno (familia y amigos)
• El maltratador
• Los profesionales médicos y auxiliares

Este mal trato es muy difícil de diagnosticar, se hace solapadamente, hay que estar advertido de las modalidades que puede adquirir el mismo, sino es imposible detectarlo.

No se cuenta con análisis estadísticos, ni datos concretos, pero agudizando la observación profesional y en base a la experiencia del profesional tratante, se puede llegar a inferir que esta situación existe. Reparemos en  que no existe situación  socioeconómica que lo facilite o lo dificulte.

El anciano maltratado  no es frecuente que hable del tema, en general debido a los siguientes motivos:

• La angustia, confusión y miedo modifican la percepción de la realidad.
• El anciano aislado.
• La falta de conocimiento de los ancianos, de que tienen derechos
• La depresión o la demencia, no permiten una evaluación real de su situación.
• La mala salud física del  anciano , en ocasiones no  le permiten interactuar con otras personas.
• Las falsas creencias, en el caso de los viejos, en que piensan que si deben ser maltratdos porque no le dieron las libertades que el hijo a cargo de él, reclamaba y por ende se hace cargo del maltrato suponiendo que “esto le corresponde”.
• Los sentimientos de culpa  del anciano, quien piensa que genera gastos excesivos y esfuerzos en su atención y permite ser ofendido, o no disponer de sus bienes.
• Temor a perder los afectos, o perder el lugar en la casa de los maltratadores y ser ingresado a una institución para tercera edad.
• La negación de la situación de mal trato, interpretando que lo que le ocurre es lo que le corresponde y merece.
• La dependencia emocional y física con el maltratador
• Tampoco las personas que observan los abusos a los ancianos denuncian, ello se debe a solicitud del propio anciano  por sentirse avergonzado.
• Además los  extraños, no saben dónde y cómo denunciar; y les resulta muy dificultoso involucrarse. También temen que su intervención les traiga dificultades con el cuidador.
• Sobre todo temen a lo engorroso de los trámites judiciales
• También pueden temer al maltratador.
• Pueden tener una actitud negadora frente a un hematoma o falta de higiene que el anciano presente.

Debemos aclarar que aquí, la violencia, que en muchas ocasiones en muy difícil de ostensibilizar, está debajo de un manto que genera dudas o pasa desapercibida.

Existen contextos donde el maltrato es considerado como “normal”

El maltratador jamás asume su actitud, piensa con absoluto hermetismo y  nunca está dispuesto a hablar del tema.

Se opone a la evaluación médica y psicológica del maltratado.

No permite que el viejo reciba visitas y generan para el maltratado aislamiento en todo orden, o le impiden hablar en privado con los visitantes, estando siempre presentes. Tampoco  le  permiten salir de sus casas a frecuentar a otros integrantes de la familia.

Los profesionales tenemos serias dificultades para diagnosticar el abuso:

• Falta de conocimiento respecto al abordaje de esta problemática. Por  ignorancia, o por miedo.
• Pensar que su accionar sería inútil
• Pueden existir signos que hagan confundir maltrato con lesiones por caídas, o desnutrición
• Por falta de apetito, o falta de suministro de medicamentos, solo porque El viejo se niega a recibirlos y los escupe o esconde.
• El maltratado, solicita al profesional que no intervenga.

Debemos considerar que existen dos barreras estructurales:

1. Falta de recursos económicos, personales y comunitarios capaces de detectar el mal trato.
2. Falta de concientización respecto a este problema.

Recordemos que los días 15 de junio de todos los años es el día mundial contra el maltrato de ancianos, instaurado por la OMS; pero esto es insuficiente si no se educa y entrena sobre este tema.

La mayoría de los abusos, se generan en el contexto familiar, y los ejercen las hijas o las nueras de los viejos; a veces también sus nietos.

Cuando hablamos de mal  trato, nos referimos a la explotación de la capacidad de trabajo en el hogar, la destitución familiar comprendida como hostilidad en la familia, el desarraigo al tener que cambiar de casa  según cronograma realizado por los hijos, forzadamente, la explotación económica y el abandono.

¿Que es maltrato a los viejos?

a) no atenderlos acorde a sus necesidades

b) abuso (por ejemplo el económico)

c) Maltrato: como acción intencionada, deliberada y programada,  cuyo objetivo es provocar daño psíquico o físico

Existe un protocolo que ideó la Asociación Médica Americana, que sugieren al médico realizar las siguientes preguntas:

¿Alguien le ha puesto dificultades para que Ud. Pueda valerse por sí mismo?

¿Alguien le obligó a firmar documentos que no entiende?

¿Lo amenazan con institucionalizarlo, o simplemente con dejarlo de amar?

¿Le tiene miedo a  alguno de sus convivientes?

¿Teme a la persona que lo cuida?.

La Canadian Task Force agregó cuatro preguntas:

¿Alguien lo ha tocado sin su consentimiento?

¿Lo obligan a hacer cosas contra su deseo?

¿Alguien toma sus cosas propias sin su permiso?

¿Está solo frecuentemente?

El propósito de esta presentación es alertar sobre el mal trato a los ancianos, que puede ser inobservable, que exige agudización de la mirada de quien lo entrevista, tanto al anciano como al cuidador.

Ante la sospecha, frente a hematomas, des-aseo y mal cumplimiento de las indicaciones no se debe dudad en denunciar, aunque esto puede acarrear problemas para el denunciante, debe saber que puede reservarse su identidad.

He visto violaciones sexuales, heridas,  marcas de hebillas de cinturones, pérdida de piezas dentarias y todo un espectro de agresiones sufridas por los viejos. (Para citar algunas).

Debemos educar para que esto no ocurra, entendemos que no es fácil pues hay que considerar la sobrecarga del cuidador y su experiencia previa con la persona  a su cuidado. Cabe valorar la historia de ese vínculo para trabajar adecuadamente.

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