Cuando la víctima es el paciente psicogeriátrico

En general, cuando nos referimos a “malos tratos” inferimos que se trata de malos tratos recibidos por mujeres o niños. Es importante poner de manifiesto, y de destacar, que también en tercera y cuarta edad las personas son vulnerables a recibir malos tratos.

El anciano enfermo, dependiente o que tiene su autonomía limitada también puede ser maltratado y/o abusado.

También aquí debemos subrayar que es la mujer la que recibe agresiones en mayor cuantía que los hombres ancianos.

Citaremos los malos tratos a que pueden ser susceptibles los viejos:

• Indirecto por discriminación y pérdida de organización de los recursos para ser asistidos.
• Indirecto por abandono. Cuando el anciano no puede autoabastecerse y realizar las actividades de la vida diaria:

1. Higiene
2. Comer solo
3. Asearse
4. No ir al baño por su cuenta,

(el no recibir ayuda externa de familiares y / o cuidadores  está sufriendo malos tratos)

• Mal trato psicológico: proferirle amenazas, gritarle, violencia verbal, o dejarlo solo y abandonarlo. Este maltrato pude producirse en el hogar, con sus familiares, o cuidadores o en instituciones donde se encuentra incluido.
• Mal trato corporal: golpes, ataduras, siempre va de la mano del maltrato psicológico. Hemos visto marcas de hebillas de cinturón en algunos ancianos, como consecuencia de una golpiza, incluso violaciones sexuales en mujeres que luego concurren al hospital con severas lesiones en sus genitales.
• Maltrato económico, aún en los casos en que el viejo no pueda manejar dinero, su dinero tiene que ser destinado a él y no a su cuidador, sea familiar o no.
• Despojo de sus bienes, obligándolos a firmar sesiones de los mismos bajo   amenazas.

¿Cómo podemos evaluar ese mal trato?

• Examen físico del paciente, observar nivel de limpieza y suciedad, estado de su ropa, olores, mirando su uñas, estado de nutrición e hidratación.
• Evaluar suministro excesivo de tranquilizantes,  si lo vemos somnoliento o si sus respuestas se producen con retardo.
• Evaluar si le compran y le dan las medicaciones como fueron indicadas.
• Evaluar si hay lesiones en la piel o úlceras cutáneas. Mirar siempre si hay marcas de ligaduras en brazos y piernas. Muchas lesiones pueden parecer espontáneas, cuando en realidad fueron provocadas
• Escucharlos
• Observar su actitud al acercarse a él o ella y ver si intenta defenderse, huir o alejarse.
• Evaluar antecedentes, de la familia, de los cuidadores y de la institución en la que se encuentra   incluido.
• Entrevista a personas que lo cuidan y agudizar la escucha en lo que se refiere a la relación con el anciano al que cuidan.
• Sospechar cuando hay queja del cuidador respecto de la conducta o actitudes del anciano, evaluando la repercusión que esto produce en el cuidador

SI EL PROFESIONAL INTERVINIENTE DETECTA Y DIAGNOSTICA MALOS TRATOS, DEBE COMUNICARLO A LAS AUTORIDADES JUDICIALES COMPETENTES.

Bibliografía:

-R Alberco y otros.  -Enfermedad de Alzheimer y otras demencias”  Editorial Panamericana 2013

-Calenti Víctor. Gerontología y Geriatría. Editorial Panamericana. 2012

-Sánchez manuel y otros. “Guía Esencial de psicogeriatría” Editorial panamericana.2011

-El Manual Merck de Geriatría. Doyma  1990

-David Galinsky y otros.La atención en los ancianos, un desafío para los años noventa. OPS 1994