Pitágoras: "Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida."

Prof. Dra. Adela Beatriz Kohan

Psicogerontóloga, Psicogeriatra y Logoterapéuta

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Castelar, Prov. Buenos Aires
Argentina
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"Se debe fomentar el pensamiento positivo sin dejar que factores como la ansiedad, la depresión o el miedo irracional interfieran en el quehacer cotidiano de los adultos mayores, el envejecimiento no tiene por qué ser estresante"

“Las Personas Mayores son la memoria de un pueblo y maestros de la vida. Cuando una sociedad no cuida a sus ancianos niega sus propias raíces y simplemente sucumbe”

Escuela de Ciencias del Envejecimiento

Colaboraciones

La vejez en las Américas

11.07.2014 23:42
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Aprendiendo y ayudando a envejecer

19.09.2013 22:27

El proceso de envejecimiento está caracterizado por su universalidad, afecta a todos los seres humanos pero no todos los seres humanos envejecen de igual modo.

A mi criterio, se inicia el envejecimiento desde la concepción del ser, se continúa con el paso de los años y finaliza  con la muerte.

Dado que existe un aumento muy significativo de personas mayores de 65 años en nuestra sociedad, aún en los países en vía de desarrollo, se impone el estudio del envejecimiento como proceso y como parte final de la vida.

Los estudios de las proyecciones que se hacen, desde la demografía, nos indican que el número irá creciendo.

Esto último, obliga a estudiar el problema antes que se transforme en tal, para cumplir con el objeto de retrasar o disminuir las minusvalías que se producen con la edad.

Si bien hasta no hace mucho tiempo se pensaba en vejez como algo no deseado, lastimoso y degradante, con prejuicios al respecto -resaltando que se trata de algo negativo-, actualmente ha cambiado la mirada dejando fuera de contexto esas falsas creencias.

Se han desarrollado nuevos conceptos, y los estudiosos del tema consideramos que el envejecimiento no forma parte de la involución humana, es todo lo contrario: consideramos que la vejez es producto de la evolución humana, de crecimiento, de desarrollo, y maduración que, en caso de no mediar enfermedades, la posibilidad de aprender y de enseñar de los adultos mayores, sólo finaliza al terminar su vida.

Se ha derribado el concepto de semejanza entre vejez y enfermedad o de vejez como sinónimo de deterioro ocupando, el anciano, un lugar importante dentro de la sociedad como portador de experiencia y conocimiento. Esto aún no lo hemos logrado en forma masiva pero, desde el optimismo, se verá, con el correr de los años. Sobre todo cuando nos concienciemos que la mayoría de los ancianos están sanos.

  • El concepto de viejo igual a enfermo tiene que ser abolido aunque aún se conserva en algunos estratos de la sociedad debido a la falta de conocimientos. Cambiar esto nos involucrará a todos, sobre todo, a los jóvenes de hoy pues a ellos les tocará vivir en una sociedad mayoritariamente integrada por viejos debido a la disminución de la tasa de nacimientos.
  • La construcción de la sociedad por grupos etarios está pasando de piramidal a rectangular. Cuando era piramidal, en la base, se encontraban los menores y en el vértice los mayores,. Ahora el esquema va adquiriendo una forma rectangular, donde se igualan en número los viejos y los jóvenes.
  • Desde nuestra experiencia llegamos de manera empírica -sobre todo en nuestro medio donde no hay investigación al respecto-, a la conclusión de que la base de un envejecimiento saludable depende de los cuidados que la persona recibe desde su nacimiento, o aún más allá, desde antes de la concepción cuidando la salud desde una apropiada atención socio-sanitaria que velará por una correcta alimentación, educación, escolarización, actividad física e intelectual, fomentando el crecimiento  cognitivo  desde edades tempranas, continuando con dichas pautas a lo largo de la vida de forma que, la vejez, los encuentre en un estado óptimo, conservando su convivencia social, su salud física, mental, espiritual y funcional.

Todo lo anterior expuesto debe estar al alcance de las personas tanto en zonas rurales como urbanas y en modo independiente de las tareas laborales que realicen.

Indudablemente, esta propuesta significará, en principio, un gran esfuerzo por parte de los Estados que se verán luego compensados  por la ausencia de gastos que demanden los déficits de salud. Por ejemplo, es menos oneroso prevenir una fractura de cadera o un infarto de miocardio  que atender a una persona fracturada o infartada a lo que se debe de agregar el coste del tiempo en que sus familiares no producirán trabajando y deberán asistir al enfermo. Se calcula que un día de internación en terapia intensiva por un infarto de miocardio es mucho más caro que  el gasto  que  implica el uso de estatinas para disminuir su colesterol a lo largo de la vida.

Ayudar a alguien a convivir en sociedad -o con su familia- brindándole apoyo y contención en Centros para Jubilados, Centros de Día, u otras estructuras intermedias, mantendrá su buen estado de humor y retrasará la posibilidad de un deterioro cognitivo.

Desde lo social y lo médico, la prevención es la mejor estrategia para retrasar o impedir las enfermedades a cualquier edad, por ello debemos demandar políticas en esa línea de pensamiento…

¡ES COMPROMISO DE TODOS!

 

“No se deja de crear cuando se envejece, se envejece cuando se deja de crear”

P. Franco Modenés y A. Sánchez Cabaco

 

«Y los que dicen que la vejez no es apta para gestionar cosas, no aducen nada; se parecen a aquellos que dicen que el piloto no sirve para nada en la navegación, puesto que mientras unos trepan a los palos, otros corren por el puente, otros vacían la sentina, él se queda sentado en la popa sujetando el timón. No hace las mismas cosas que los jóvenes. Pero hace cosas mayores y mejores. Las cosas grandes no se hacen con la fuerza, o la rapidez, o agilidad del cuerpo, sino mediante el consejo, la autoridad y la opinión; cosas de las que la Vejez no sólo no está huérfana sino que incluso suele acrecentarlas».
 
Catón mayor o sobre la vejez 
Marco Tulio Cicerón. 106-43 a.C.