Analizando a Aristóteles en sus conceptos sobre la memoria y la reminiscencia

Una exploración del pensamiento filosófico griego  del siglo V AC

Profesora Doctora,  Adela  Beatriz  Kohan

Desde épocas remotas, una preocupación frecuente fue en los pensadores el tema de la memoria, y como determinaba su pérdida o conservación la salud general del individuo.

El tema “MEMORIA” ha sido desde siempre un objeto de reflexión y de conceptualización de la misma.

Adentrándonos en el pensamiento griego, los mitos populares sobre la memoria, vinculaban a ésta con la concepción de “inmortalidad del alma”, ellos consideraban que el alma al desprenderse del cuerpo se encuentra proclive al “olvido”, o al “no recuerdo”.

En caso que esto ocurra, el alma se encontrará vagando sola por los reinos del Hades, sin audición, tacto, olfato, gusto, lo que introduce a la idea del “olvido absoluto”.

Este concepto, elaborado quinientos años antes de la Era Cristiana,  importa en la actualidad. Las relaciones entre las personas son mas vanas, superficiales, endebles e inmediatas, lo que las transforma en fácilmente olvidables o  difícilmente  recordables.

Quedaría entonces la posibilidad de nutrirse de memoria desde la fuente de Mnemosina, ésta tiene un lugar determinado para sí, en el Hades.

Según se cuenta en un lugar del Hades existe un manantial del cual brota agua fresca que pertenece a la Mnemosine. Por delante de esta fuente se hallan dos guardias que la custodian y solo se mueven escuchando palabras oraculares, como por ejemplo: “Soy hija de la tierra y del cielo estrellado, y mi estirpe es celeste; pero eso ya lo sabéis vosotros. Vengo muerta de sed; dadme inmediatamente del agua fresca que brota en Mnemosine. Ellos te darán el agua fresca que brota en Mnemosine. Ellos te darán el agua Divina, y después reinarás junto a los demás héroes”.

Mantener vivo, lo ya transcurrido, constituye una marca para el alma,  indeleble, en la medida  que no sea olvidado.  Éste  sería el eje  a través del cual se inspira  Aristóteles  para elaborar sus teorías de memoria y reminiscencia.

“Se mantiene vivo, lo que no se olvida”, agrego yo desde mi pensamiento.

Según Aristóteles, la memoria es cosa “de lo que ya ha pasado”, lo que significa que la memoria no es un juicio ni una sensación sino que la memoria, es un estado de afección  del juicio o de la sensación cuando ha transcurrido tiempo.

CON LA MEMORIA CONTEMPLAMOS EL PASADO (traemos al presente, hechos pretéritos), con la reminiscencia, según Aristóteles ocurren asociaciones de ideas donde los “procesos se siguen de unos a otros, en un orden determinado y por consiguiente cuando se quiere rememorar, se buscará un punto de partida, contextualizando, tras de lo cual se encontrará lo que uno busca”.

El filósofo  supone que la memoria es “recordar”, y su objeto son los recuerdos. El mismo sostiene que el objeto de la memoria es el pasado, no lo es el presente, ni el porvenir.

Cuando evocamos, se producen una serie de sensaciones que perduran guardadas como una impresión en el presente. A esas sensaciones se las liga con las EMOCIONES.

Según el autor de “Etica a Nicomaco", la memoria pertenece a la parte del alma llamada imaginación, son  memorables las cosas que pertenecen a la imaginación.

A diferencia de la memoria, la reminiscencia se identifica con la acción de rememorar que se identifica con una forma del “logos”, identificada con el movimiento y la búsqueda. Aquí entra la recordación a partir de la asociación de ideas.

La reminiscencia sería aquello que permite reconstruir el pasado a través de asociar ideas. De esta manera también se consigue reelaborar el pasado.

Si mencionamos recuerdos activos estamos hablando de reminiscencia

La reminiscencia es un proceso recreativo donde se vuelve a construir, desde el hoy, algo que se encuentra alojado en el ayer.  Alojado en la memoria, asociando las   imágenes  que se encuentran archivadas en la  memoria,  poniéndolas en movimiento.

La reminiscencia es:   un proceso constructivo y creativo, jamás estático, sino dinámico.

La reminiscencia requiere esfuerzo: pensar y contextualizar. Encadenar hechos y fenómenos ya pasados.

Según Aristóteles,  la reminiscencia es un proceso de interrogación en el que entra el razonamiento y el juicio. Según este filósofo,  toda actividad mental es corporal, y  la parte afectada es el corazón, como del alma.

Durante la reminiscencia ponemos en marcha algo del cuerpo que no se toma tregua hasta tanto a parezca lo que se busca.

Al, día de hoy, con el avance de la ciencia, entendemos mejor lo que quiso decir el gran Aristóteles

Él, no sabía del sistema  LÍMBICO, ni del HIPOCAMPO, ni de la CORTEZA  PREFRONTAL,  ni de las diferentes áreas de asociación somato sensitivas. Y mucho menos vincula a la memoria  a un proceso cognitivo

Asombra como relaciona a la memoria con “algo corporal”,  al ser producto de “algo mental”.

Todo esto es una “puerta que se abre“ a la moderna neurociencia y misterios que ya son casi verdades reveladas… como las de Aristóteles.