El dogma de la enfermedad mental es una amenaza para el progreso

Casi 600 millones de personas en el mundo tienen alguna discapacidad física o mental. Esto va a ir aumentado debido al envejecimiento poblacional, las enfermedades crónicas, la malnutrición, la violencia y la pobreza. Se puede afirmar que el 82% de personas con discapacidad viven en los "países en vías de desarrollo".

Pareciera ser que la historia humana tiende a juntar el agotamiento del pensamiento con la anestesia social. Hoy estamos empecinados en poner de manifiesto lo mejor de cada uno de nosotros como seres individuales, únicos en los éxitos y distantes de los fracasos. No es fácil suponer que somos personas ligadas a las demás. Somos los seres de la diferencia, transformados en seres de la indiferencia, lo que nos permite avanzar en la vida como modelos "de lo que así debe ser" sin detenernos ni mirar a los costados.

Cabe recordar a Barylko cuando escribió: "individualistas acérrimos, desechamos la ética y glorificamos la libertad, entendiendo a esta, como el derecho absoluto a ignorar a los demás, a favor de una autorrealización extremista y sin contemplaciones, frente a los otros...y felices de suponer que tenemos un gran corazón... Narciso: solo se ve a si mismo y se aplaude”… El estigma hacia la enfermedad mental es un fenómeno complejo y multidimensional.

Está en manos de todos, hacer que esto se modifique sobre todo considerando que las enfermedades mentales, solo son enfermedades, que solo requieren tratamiento humanitario científico y, sobre todo, una gran apertura de la sociedad.