Pitágoras: "Una bella ancianidad es, ordinariamente la recompensa de una bella vida."

Prof. Dra. Adela Beatriz Kohan

Psicogerontóloga, Psicogeriatra y Logoterapéuta

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Argentina
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"Se debe fomentar el pensamiento positivo sin dejar que factores como la ansiedad, la depresión o el miedo irracional interfieran en el quehacer cotidiano de los adultos mayores, el envejecimiento no tiene por qué ser estresante"

“Las Personas Mayores son la memoria de un pueblo y maestros de la vida. Cuando una sociedad no cuida a sus ancianos niega sus propias raíces y simplemente sucumbe”

Escuela de Ciencias del Envejecimiento

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El anciano hostil en consultorio

05.07.2013 22:12

En la práctica cotidiana de nuestra  profesión, encontramos muchos ancianos violentos de ambos sexos. Lo son con sus esposos, sus hijos, sus nietos y obviamente con el profesional que los atiende.

En lo personal me  generan una sensación de impotencia muy desagradable debiendo admitir, que sufro por estas  actitudes; que en los últimos tiempos,  son cada vez más frecuentes e intensas. Lo que predomina es la descalificación y la amenaza.

Debo aclarar que no me referiré a personas con patología mental, a lo sumo podrán presentar otro tipo de trastornos.

Vamos a analizar los aspectos psicológicos de la violencia, superficialmente para comprender esta problemática casi cotidiana.

Dentro de las “teorías de la agresividad” la mas descriptiva es la de las “relaciones tempranas”.

Hostilidad, no es lo mismo que agresividad

Hostilidad proviene del latín “hostis”, que significa enemigo.

La hostilidad es siempre destructiva y tiene como única finalidad la destrucción. Se podría considerar,   como un sentimiento en que subyace la violencia.

La violencia consiste en doblegar la voluntad de otro, mediante la fuerza, sea ésta física o psicológica.

Para los fines de esta presentación y de forma práctica consideraremos a agresividad, violencia y hostilidad como una sola cosa, aunque no lo sean en sentido estricto.

La agresividad es un comportamiento con el que se lesiona a objetos o sujetos intencionalmente.

Teorías de la agresividad:

  • Del aprendizaje: considera que el ser humano viene al mundo como una “tabla rasa” y que todas sus pautas conductuales van a ser aprendidas. Los chicos aprenden debido al éxito de utilizar patrones de conducta agresiva, que logran sus objetivos.

El Hombre aprende a controlar sus agresiones y las dirige contra determinadas personas,  aprende a legitimar su agresividad dentro de un grupo.

Esta teoría es válida, ya que afirma el rol del aprendizaje en la conducta agresiva.

  • De la frustración agresión: consiste en  la respuesta con agresiones a las frustraciones.

Etología de la agresividad:

El lactante le teme a un extraño. Los niños alrededor del sexto mes de edad presentan reacciones de miedo ante personas que les son extrañas. Así podemos sostener que el sistema defensivo se activa  en forma primaria sin necesidad de experiencia previa.

En la década del 70 Wilson  acuña el término SOCIOBIOLOGÍA, este autor muestra cómo lo innato se refiere a una probabilidad evaluable de determinado rasgo, que se desarrollará en un ambiente determinado. NO a la certidumbre de que el rasgo se desarrollará en todos los ambientes.  Se trata de un modelo interaccionista entre el potencial genético y el aprendizaje. (NATURA E NURTURA).

Podemos inferir que la agresividad, puede ser aprendida, pero sobre este aprendizaje subyace  la predisposición a ser hostil irracionalmente.

Si analizamos la progresión de la agresión parece ser conducida por los siguientes lineamientos:

a)    Predisposición genética hacia el aprendizaje de alguna forma de agresión.

b)    Las necesidades impuestas por el contexto social.

c)    La historia   previa de cada ser.

Los seres humanos estamos predispuestos a responder con odio irracional a amenazas exteriores, así como a incrementar su hostilidad para dominar la fuente de amenaza.

Todos nosotros tenemos tendencia a sentir miedo por las acciones de los demás, sean extraños o no;  de esta manera poder resolver problemas  a través de la agresión.

Señalo que hay consenso a resaltar las interacciones tempranas del sujeto, siendo bebé con su entorno como determinantes en la formación de sus estructuras psicológicas para la modulación de sus efectos.

La violencia es una forma de agresión.

Sería absurdo considerar a la violencia como algo que heredamos y que nada se pueda hacer para controlarla.

La hostilidad exacerbada puede considerarse un trastorno de personalidad., transmisible entre las personas y entre grupos.

Es muy reduccionista considerar que los factores hereditarios son los determinantes de conductas violentas o agresivas. Cada persona va a estar marcada por sus experiencias, que van a definir su personalidad y su forma de ser.

La agresividad es multicausal.

La conducta violenta surge como defensa ante amenazas externas o internas,  frente a un “yo frágil” en peligro de ser diluido  o aplastado en su identidad. la sensación de no ser considerado como SUJETO  conduce a agresividad.

Todo dependerá de cómo el agresivo, interprete las situaciones.

Si bien es tendencia de los médicos a rotular  o calificar a los “violentos” como enfermos; podemos afirmar que la mayoría de éstos no tiene patología mental asociada. Interpreto que presentan un umbral muy bajo para  percibir  agresiones inexistentes.

Los supera el “supuesto poder del médico” y debemos aclarar que así como algunos se muestran abiertamente hostiles, otros se presentan como demasiado sumisos hasta que frente a determinadas situaciones dejan ver su perfil de agresividad.

Podemos observar conductas agresivas en adictos al alcohol y drogas.

Observaciones que nos pueden hacer inferir que estamos frente a una persona hostil:

  • Actitud irritable y permanente deseo de discutir.
  • Señala al interlocutor con el dedo índice.
  • Amenaza con denunciarlos o destruirnos.
  • Desconfianza.
  • Elevada tensión muscular. Gestos adustos y rígidos, contractura del entrecejo.
  • No puede permanecer quieto.
  • Ironiza y / o satiriza.
  • Se sienten dueños de la verdad.
  • Se manejan con suspicacia.
  • Se muestran desafiantes.
  • Intimidan verbalmente, sólo les interesa satisfacer sus necesidades y con frecuencia hieren al profesional.
  • Suponen que tienen poder.

 

Éstas racterísticas no aparecen de “novo” en la  vejez, que sólo recrea, no crea, excepto que medie patología.

Las actitudes anotadas enmascaran sentimientos de inferioridad, minusvalía; sobre todo frente al médico  pues es producto de una sociedad que otrora “endiosaba”  al médico. Actualmente disponen de la herramienta de hacerles juicio por mala praxis o denunciarlos en su obra social por lo que ellos consideran que no es correcto y lo que desean,  es tomar REVANCHA. Demostrando que la “autoridad” no existe, o se duda de ella (considero autoridad en este caso a la sapiencia y al conocimiento) y las investiduras no se respetan. Fenómeno este que se ve en todos los sectores de la sociedad.

Debemos admitir que las demandas son respetables y deben ser consideradas, por ejemplo en el caso  de solicitar una interconsulta con urgencia y que se la den con 30 días o más de espera, siendo en ese caso el depositario de la violencia el médico que solicitó la interconsulta.

He observado que las personas agresivas no se  perciben  con agrado y además generan un efecto negativo en quienes los asisten. Generalmente se presentan solos, el médico no puede disimular el desagrado que siente por ellos, y en ocasiones hasta lo expresa verbalmente, cuando le propone el cambio de profesional.

Actitud propuesta frente a estas situaciones:   conversarlo  con el cliente y su familia, cuando el profesional no puede sostener las agresiones.

Si la situación se hace intolerable, proponer el cambio de profesional.

El propósito de esta presentación es mostrar muy sintéticamente, que es lo que le pasa con el paciente que nos agrede y nos ayude a enfrentar la cotidianeidad del consultorio. Siendo lo que más nos perturba el poder que presentan de denunciarnos frente a algo que no les agradó. Además de tomar conciencia de la perversidad del sistema en el que estamos inmersos pacientes y médicos; donde todos somos víctimas… o victimarios. ¡INVITO A LA REFLEXIÓN!.

 

Bibliografía

·         Winicott DW. “Deprivación y delincuencia” Ed Paidós. 190

·         Wilson E.O. “Sobre la naturaleza humana. Ed. Fondo de Cultura Económica. 1980.

·         Montagú  A: “La naturaleza de la agresividad humana” Alianza editorial. 1978.

·         Orozco E. “el poder destructivo de la libido” Revista de psicoterapia y psicosomática. 1998.

·         Manzano j:”Las relaciones precoces entre padres e hijos y sus trastornos. Ed. Necodise. 2001

·         Moreno E. “Violencia y destrucción a la luz de la teoría psicoanalítica. Revista de psicoanálisis de Madrid .1991

·         Gunderson J. y otro. “Psicoterapia de los trastornos de personalidad” Ed. Ars médica .2002